Desde Alderdi Eder, gracias al conocimiento de cuatro Donostiarras llegaron unanimemente que el bar mas cercano para comer un bocata era el Aratz. Así que alli fuimos.

Por cortesia de la casa y despiste de la camarera nos invitaron gentilmente a un bocata que "alguien" corto equitativamente para cinco

Esta foto, curiosa cuando poco, vemos a los integrantes disfrutando de la cena mientras su compañera se siente extrañamente amenazada ante la presencia del bocata.

Despues y con la tripota llena golfeamos un mucho más, hicimos el loco como nunca antes lo habiamos hecho y alguno se estampó un par de veces...