COMO SE FABRICAN

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OtO
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COMO SE FABRICAN

Mensaje por OtO »

Pongo el enlace de un vídeo de como se fabrican los rodamientos.

http://www.youtube.com/watch?v=eGyoMuE4gDQ
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Javi
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Re: COMO SE FABRICAN

Mensaje por Javi »

La verdad es que el ingenio humano es impresionante, 1º para diseñar algo, y 2º para diseñar algo que haga las piezas del primer algo...
La mejor manera de librarse de la tentación es caer en ella...
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julian
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Re: COMO SE FABRICAN

Mensaje por julian »

Javi escribió:La verdad es que el ingenio humano es impresionante, 1º para diseñar algo, y 2º para diseñar algo que haga las piezas del primer algo...
Esto podría ponerse en la sección de citas del apartado de Social.
Y yo también me quedo impresionado al ver videos de como se fabrican bolígrafos, como se manipulan alimentos, conservas, CDs, circuitos integrados, como se fabrican los mismos coches,........
Sí, el ingenio humano es impresionante, pero te diría Javi, que lo que le motiva a ese ingenio en estos casos es el asunto money. Cómo hacer más cosas a menor precio. Pero aunque el sucio dinero esté detrás, así ha avanzado la humanidad.......
Ahora la cuestión sería ¿para adelante o para atrás? 8)
Como decía el gallego......depende. :lol:
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francisn
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Re: COMO SE FABRICAN

Mensaje por francisn »

El de como conseguir hacer las cosas que, una vez acostumbrados, nos parecen lo más sencillo, es un tema realmente interesante, y sobre todo el ¿a quien se le ocurriría la primera idea?
julian escribió: el ingenio humano es impresionante, pero te diría Javi, que lo que le motiva a ese ingenio en estos casos es el asunto money
Ahi, creo, te confundes: al ingenio muy raramente lo motiva el money. Conozco y he conocido gente de esa, que de repente tienen una idea, y no cejan hasta ponerla en marcha. Alguno de ellos después ha sacado algo de pasta, pero otros se han hundido. Igual la idea no era tan buena, o no era el momento, o no tenían los medios para llevarlo adelante en buenas condiciones.
Es después, cuando el "ingenioso" lo ha puesto todo en marcha, poniendo tiempo y dinero, cuando suele llegar el ingeniero y los inversores, que esos sí, solo miran por la pasta (la de comer y la otra). Pero es así como va el mundo, y a casi nadie le importa. Lo que si he visto es que la mayoría de "ingeniosos" que he conocido están encantados con sus ideas, incluso aunque les haya salido mal desde el punto de vista económico.

Jope, lo que dan de si unos rodamientos y como estamos ensuciando el hilo :lol:
¡SOL y buen tiempo! 8)
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Javi
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Re: COMO SE FABRICAN

Mensaje por Javi »

Yo no veo que el hilo se este ensuciando para nada, al contrario, le da vidilla y nos hace recapacitar sobre algunas cosas que de normal no hacemos (al cerebro hay que ejercitarlo al igual que a las piernas)
Yendo al tema en cuestion ya me dira el amigo Julian que money le dieron al inventor de la rueda o al que domino el fuego hace ya uno añitos, jejeje, aunque el de abajo lo llego a tener muy claro...


Thomas Alva Edison

(Milan, 1847 - West Orange, 1931) Inventor norteamericano, el más genial de la era moderna. Su madre logró despertar la inteligencia del joven Edison, que era alérgico a la monotonía de la escuela. El milagro se produjo tras la lectura de un libro que ella le proporcionó titulado Escuela de Filosofía Natural, de Richard Green Parker; tal fue su fascinación que quiso realizar por sí mismo todos los experimentos y comprobar todas las teorías que contenía. Ayudado por su madre, instaló en el sótano de su casa un pequeño laboratorio convencido de que iba a ser inventor.


Thomas Edison

A los doce años, sin olvidar su pasión por los experimentos, consideró que estaba en su mano ganar dinero contante y sonante materializando alguna de sus buenas ocurrencias. Su primera iniciativa fue vender periódicos y chucherías en el tren que hacía el trayecto de Port Huron a Detroit. Había estallado la Guerra de Secesión y los viajeros estaban ávidos de noticias. Edison convenció a los telegrafistas de la línea férrea para que expusieran en los tablones de anuncios de las estaciones breves titulares sobre el desarrollo de la contienda, sin olvidar añadir al pie que los detalles completos aparecían en los periódicos; esos periódicos los vendía el propio Edison en el tren y no hay que decir que se los quitaban de las manos. Al mismo tiempo, compraba sin cesar revistas científicas, libros y aparatos, y llegó a convertir el vagón de equipajes del convoy en un nuevo laboratorio. Aprendió a telegrafiar y, tras conseguir a bajo precio y de segunda mano una prensa de imprimir, comenzó a publicar un periódico por su cuenta, el Weekly Herald.

En los años siguientes, Edison peregrinó por diversas ciudades desempeñando labores de telegrafista en varias compañías y dedicando su tiempo libre a investigar. En Boston construyó un aparato para registrar automáticamente los votos y lo ofreció al Congreso. Los políticos consideraron que el invento era tan perfecto que no cabía otra posibilidad que rechazarlo. Ese mismo día, Edison tomó dos decisiones. En primer lugar, se juró que jamás inventaría nada que no fuera, además de novedoso, práctico y rentable. En segundo lugar, abandonó su carrera de telegrafista. Acto seguido formó una sociedad y se puso a trabajar.

Perfeccionó el telégrafo automático, inventó un aparato para transmitir las oscilaciones de los valores bursátiles, colaboró en la construcción de la primera máquina de escribir y dio aplicación práctica al teléfono mediante la adopción del micrófono de carbón. Su nombre empezó a ser conocido, sus inventos ya le reportaban beneficios y Edison pudo comprar maquinaria y contratar obreros. Para él no contaban las horas. Era muy exigente con su personal y le gustaba que trabajase a destajo, con lo que los resultados eran frecuentemente positivos.

A los veintinueve años cuando compró un extenso terreno en la aldea de Menlo Park, cerca de Nueva York, e hizo construir allí un nuevo taller y una residencia para su familia. Edison se había casado a finales de 1871 con Mary Stilwell; la nota más destacada de la boda fue el trabajo que le costó al padrino hacer que el novio se pusiera unos guantes blancos para la ceremonia. Ahora debía sostener un hogar y se dedicó, con más ahínco si cabe, a trabajos productivos.

Su principal virtud era sin duda su extraordinaria capacidad de trabajo. Cualquier detalle en el curso de sus investigaciones le hacía vislumbrar la posibilidad de un nuevo hallazgo. Recién instalado en Menlo Park, se hallaba sin embargo totalmente concentrado en un nuevo aparato para grabar vibraciones sonoras. La idea ya era antigua e incluso se había logrado registrar sonidos en un cilindro de cera, pero nadie había logrado reproducirlos. Edison trabajó día y noche en el proyecto y al fin, en agosto de 1877, entregó a uno de sus técnicos un extraño boceto, diciéndole que construyese aquel artilugio sin pérdida de tiempo. Al fin, Edison conectó la máquina. Todos pudieron escuchar una canción que había entonado uno de los empleados minutos antes. Edison acababa de culminar uno de sus grandes inventos: el fonógrafo. Pero no todo eran triunfos. Muchas de las investigaciones iniciadas por Edison terminaron en sonoros fracasos. Cuando las pruebas no eran satisfactorias, experimentaba con nuevos materiales, los combinaba de modo diferente y seguía intentándolo.

En abril de 1879, Edison abordó las investigaciones sobre la luz eléctrica. La competencia era muy enconada y varios laboratorios habían patentado ya sus lámparas. El problema consistía en encontrar un material capaz de mantener una bombilla encendida largo tiempo. Después de probar diversos elementos con resultados negativos, Edison encontró por fin el filamento de bambú carbonizado. Inmediatamente adquirió grandes cantidades de bambú y, haciendo gala de su pragmatismo, instaló un taller para fabricar él mismo las bombillas. Luego, para demostrar que el alumbrado eléctrico era más económico que el de gas, empezó a vender sus lámparas a cuarenta centavos, aunque a él fabricarlas le costase más de un dólar; su objetivo era hacer que aumentase la demanda para poder producirlas en grandes cantidades y rebajar los costes por unidad. En poco tiempo consiguió que cada bombilla le costase treinta y siete centavos: el negocio empezó a marchar como la seda.

Su fama se propagó por el mundo a medida que la luz eléctrica se imponía. Edison, que tras la muerte de su primera esposa había vuelto a casarse, visitó Europa y fue recibido en olor de multitudes. De regreso en los Estados Unidos creó diversas empresas y continuó trabajando con el mismo ardor de siempre. Todos sus inventos eran patentados y explotados de inmediato, y no tardaban en producir beneficios sustanciosos. Entretanto, el trabajo parecía mantenerlo en forma. Su única preocupación en materia de salud consistía en no ganar peso. Era irregular en sus comidas, se acostaba tarde y se levantaba temprano, nunca hizo deporte de ninguna clase y a menudo mascaba tabaco. Pero lo más sorprendente de su carácter era su invulnerabilidad ante el desaliento. Ningún contratiempo era capaz de desanimarlo.

En los años veinte, sus conciudadanos le señalaron en las encuestas como el hombre más grande de Estados Unidos. Incluso el Congreso se ocupó de su fama, calculándose que Edison había añadido un promedio de treinta millones de dólares al año a la riqueza nacional por un periodo de medio siglo. Nunca antes se había tasado con tal exactitud algo tan intangible como el genio. Su popularidad llegó a ser inmensa. En 1927 fue nombrado miembro de la National Academy of Sciences y al año siguiente el presidente Coolidge le hizo entrega de una medalla de oro que para él había hecho grabar el Congreso. Tenía ochenta y cuatro años cuando un ataque de uremia abatió sus últimas energías
La mejor manera de librarse de la tentación es caer en ella...
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