Pues sí, yo también me sumo al deseo de Jesús y Pilinet.
Y creo que también es el deseo de ese pequeño y a la vez gran patinador con sus ruedas iluminadas. Del que, también, tanto tenemos que aprender.
Llegaremos un poco más tarde, pero ahí estaremos para seguir practicando el powerslide, cambio de sentido, hacia adelante hacia atrás, hacernos un nudo con los pies, caernos, con el casco y las protecciones no hay cuidado, pero eso si levantándonos con más ganas.
Luego un bocata, una vueltita nocturna, algún helado, otra vueltita, por supuesto patinado. Vamos como casi todos los viernes.
